lunes, 1 de abril de 2013

Gardel y su familia francesa




Algo que no es muy conocido por los admiradores de Gardel, son sus cinco visitas a la ciudad de Toulouse, sin ningún propósito artístico, sólo para visitar a sus parientes y a su madre.

Gardel y su familia tolosana

El primer viaje fue en enero de 1924 y, conforme nos dice Miguel Morena en su libro "Historia artística de Carlos Gardel": «En el expreso Midi llegan de España a Toulouse, visitando la casa natal de Gardel, en donde viven la abuela y un tío del Zorzal. Se encuentra también allí Doña Berta».
La segunda visita fue en septiembre de 1928. Desembarca en Barcelona y luego prosigue viaje con su chofer hasta Toulouse (Francia) y pernoctan en el Plaza Hotel; al día siguiente Gardel visita a sus familiares.
El conductor, Antonio Sumage, lo confirma en la revista "Aquí está", Nº 882 del 15/3/1944: «Recién hizo su visita a los parientes al otro día. Tenía interés en verlos, sobre todo por tratarse de hermanos de su madre. Él mismo había nacido en una de esas tantas casitas...»

El tercer encuentro con sus parientes se produjo entre abril y mayo de 1932, según una carta a su apoderado Armando Defino, en la que cuenta que visita sólo a sus familiares, - no estaba su madre-  y que luego de fotografiarse los lleva a estos a París.
En diciembre de 1933 se produce la cuarta visita, en la que Gardel viaja a Toulouse especialmente para encontrarse con Doña Berta, quien se encontraba en casa de sus familiares.
Lo mismo ocurre en su quinta y última visita, el 25 de agosto de 1934. El cantor parte hacia Europa en el vapor Bremen, para tomarse un merecido descanso luego de tantos meses de continuo trabajo y pasar algunos días con su madre, por entonces en Toulouse (Miguel Morena, obra citada).

Postal de Gardel a sus abuelos

Me pareció importante ilustrar esta nota con una tarjeta postal de Carlos Gardel dirigida a sus abuelos. Como Gardel tenía la costumbre de no fechar su correspondencia, esta puede haber sido enviada entre 1924 y 1930.
Esta postal está en poder de la señora Jane Ceyte y que le fuera donada por Charlotte Laurence, esposa de Jean Marie Gardes, tío de Gardel. Charlotte falleció en 1950, como está documentado en el libro "Généalogie d'un mythe ou la famille toulousaine de Carlos Gardel", de Christiane Bricheteau.
Mis queridos abuelos:
pasen un feliz año nuevo
Les mando esta pequeña tarjeta para hacerles presente que siempre los recuerdo con cariño y lo mismo que a mi buena tía Carlota y el bueno de mi tío Juan, aquí estamos muy contentos de que se encuentren bien de salud nosotros muy bien y pronto si Dios quiere volveré a pasar una temporadita con Uds.
Su nieto que los quiere y no olvida.
Carlos

En 1934 desde Nueva York se dirige a su madre, en estos términos que reproduzco fragmentados, llenos de ternura y entrañable afecto:

“Querida mamita:
Después de recibir como siempre tu cariñosa cartita…me da mucha alegría pues se me hace que te tengo cerca de mí…
Quiero hacer el dinero, en menos de tres años  para estar tranquilo para siempre y tener a mi mamita cerca…
Te mandaré  unos 15.000 francos que será si no necesitas  antes, en el mes de enero, avísame si necesitas antes algo, no sea cosa que necesites y no me lo digas...
Y vos recibí de tu hijo que te quiere y no olvida nunca muchos besitos.
Carlos”
 (“C.GARDEL, SUS ANTECEDENTES FRANCESES”, Pág. 163. Ed. “Corregidor)

Carlos Gardel, por lo visto, mantuvo un epistolario fluido, que se conserva, con su madre, tíos y abuelos, de una ternura y afecto filial que testimonian, frente a un eventual peritaje jurídico, una comunidad de sentimientos e intereses, que delatan, lazos de genuina y estrecha relación familiar. Cuando habla o escribe ante terceros, también resume una afectividad propia de un auténtico vínculo del hijo hacia su madre.
Considerar tal afectuosidad como un falso compromiso lleno de hipocresía y doblez  frente a la “CUIDADORA” y sus familiares, desconocidos en gran parte de su vida  y poco frecuentados
en su madures, - toma contacto a los 34 años- no resiste el menor razonamiento.
Solo una sistemática y alambicada fabulación  puede sostener, como un trato corriente, familiar e intimista, en Gardel, hacia terceros, falseando una filiación y parentesco inexistente.

Juan Carlos Esteban


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