martes, 19 de febrero de 2013

HISTORIA DE DESAPARECIDOS


Es una ocasión precisa y de actualidad, para abordar el tema.

Desde que AVLIS inventó un homónimo para Charles Romuald Gardes, nació el primer DESAPARECIDO en la Argentina, si bien el periodista oriental se olvidó de incluir las pruebas documentales que avalaran a ambos, al primero y al "APARECIDO", que lo sustituyó, sin su correspondiente identidad.

Hubo que inventarle, de apuro, y sin comprobantes, un parentesco con la familia Escayola a los 32 años de fallecido. Y, como  señala Ostuni,: "La misma historia, con que se lo vincula a Tacuarembó, pudo haber ocurrido en otro sitio, con otros nombres y otros personajes”.

Posteriores historiadores uruguayos de Carlos Gardel, tampoco presentaron pruebas, imposibilitando cualquier tentativa de ADN. Eso explica la renuencia del Gobierno Oriental a aventurarse en semejante irresponsabilidad.

Sobre este tema, entonces, prevalece un impenetrable manto de silencio, ligado a la impotencia por explicar la presunta DESAPARICIÒN.

Resolvieron, por lo tanto, al mejor estilo cinematográfico, que "DE ESTO NO SE HABLA", película que, casualmente, también se filmó en Uruguay.
Por su parte una Vocera Oficiosa, habitualmente verborrágica, al no contar con sus célebres INDICIOS resolvió, destempladamente, que el ADN, "LE IMPORTA UN PITO".
Pero, si esta ausencia documental, los ha paralizado, peor suerte ha corrido el otro gran vacío, que mereció de Nelson Bayardo, - “Personalidad de Jerarquía” - la desopilante y escueta conclusión: Charles Romuald Gardes: "¡DESAPARECIO; ASI DE SIMPLE!"

Hasta es bochornoso para nosotros transcribir la irresponsable conclusión ajena. !Que poca estima y calidad profesional, se puede anidar, en semejantes fabuladores que no pueden documentar lo elemental y lo obvio de su identidad!:

1.- Su Partida de Nacimiento en el Registro Civil o Ecle-
      siàsticos;
2.- Certificados y Registros Escolares,
3.- Documentos y referencias vinculantes con la familia
     Escayola-Oliva;
4.- Documentos que confirmen la Desaparición o muerte
     de Charles Gardes;
5.- Instrumentos que confirmen la adopción de Carlos
     Gardel por Berthe Gardes;
6.- Estudios científicos que atestigüen lo no veracidad
     del Testamento Hológrafo.
7.- La falta de iniciativa de Gardel por ajustarse a la INSCRPCIÒN TARDIA, prevista en la Ley Nº 1716 del 10-VII-1884 a traves de Juez Letrado Departamental.

Ni “Indicios” ni Documentos se pudieron arrimar a la fabula, amasada de apuro, para evaporar y escamotear la preexistencia de Charles Gardes.
En efecto, prefirieron soslayar semejante acontecimiento y olvidarlo, sin aportar, lo esencial:

8.- Certificados de Defunción;
9.- Denuncia Policial de Detención o Desaparición;
10.- Presentación Judicial como Desaparecido;
11.- Certificado Aduanero como alejado de Argentina
12.- Reclutamiento en el Ejército Francés;
13.- Testimonios de amigos,  conocido y vecinos;
14.- Pruebas conjeturales, por Confesión, indiciarias, admisibles o de otra naturaleza.

En lugar de estos instrumentos probatorios, se dedicaron a inventar:

 a) su muerte en batalla, luchando por Francia,
 b) un entierro en Pigue,
 c) entrega en adopción, 
 d)sustitución por su tio Carlos Carichou y
 e) promesas de AVLIS y de Armas sobre nuevas revelaciones.

Lo cierto es que contamos con la novísima versión de una opinóloga quien asegura su muerte en 1903 y el posterior robo del Certificado de Defunción por parte de De Fino.

Aclaramos que Bayardo, a posteriori, lo da por resucitado en enero de 1913, cuando Bertha  lo consigna ante la Policía como “AUSENTE” de su hogar.

Pero lo más llamativo es que Berthe Gardes, su madre biológica, en este caso, no radicó ninguna denuncia de desaparición o reclamo documentado, a diferencia de su denuncia Policial del 31 de enero de 1913, por ausencia del hogar.

Tampoco se registra ningún estado de desesperación y dolor, que se posesiona de su alma, ante la desaparición de un hijo de su sangre, que la debía haber marcado para siempre. En sus declaraciones, nunca mencionó semejante tragedia. Tampoco Carlos Gardel registra la existencia y desaparición de un hermanastro, por adopción. Al contrario, en carta a Razzano de noviembre de 1927 lo instruye: "Primero esta la voluntad de mi mamà, pues como comprenderás SOY SU ÙNICO HIJO y por lo tanto su consuelo y compañero".

Esto contrasta con la catástrofe que fue, en vida, para la existencia de Doña Bertha, la muerte de Carlos Gardel, registrada hasta la saciedad por todos los medios gráficos, noticieros, libros, etc.

Esta Historieta,  que  perdura, definitivamente como un CULEBRÒN, no tiene retorno, ni siquiera rectificación , por los exégetas de un Gardel Oriental. Hasta ahora fue pura retórica, a veces grotesca, por momentos desacreditada. Desde ahora es una desopilante aventura que tiñe de oprobio y desmérito a quien la reivindique.

Juan C. Esteban

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