viernes, 15 de febrero de 2013

EL PASADO LO CONDENA

Ushuaia. MARCELO MARTÍNEZ



“Carlos ya se había inscripto como uruguayo, dando un apellido FALSO, padres,  FALSOS, fecha de nacimiento FALSA.
 UNA PERSONA INEXISTENTE.
 El artífice de la estrategia para CAMBIAR LA IDENTIDAD JURÍDICA, de su representado (y de paso borrarle su pasado) fue el Jefe de Investigaciones, Eduardo de Santiago, comisario de origen uruguayo, militante pro-Yrigoyenista, que gestionó todos los documentos del músico, desde 1920 hasta 1930".(G&G) Marcelo Martínez.

“Si Gardel hubiera tenido la oportunidad de ser educado en ese colegio, no hubiera terminado preso en Ushuaia”. (G&G) Martina Iñiguez.


Ante el recrudecimiento del emparentamiento de Marcelo Martínez con la PRENSA AMARILLA y su nueva diatriba,invariablemente indocumentada, sobre el encarcelamiento de Gardel en Ushuaia, le recuerdo su reciente PASADO.
Veamos:

“Esta simplificación es falsa”, nos advertía Martínez.
 La vida de Gardel está perfectamente documentada: nace en Toulouse, Francia, llega a Bs. As. con su madre, se alojan en distintas viviendas, estudia en otros tantos colegios (existe inscripciones, certificados de notas, fotografías, testimonios de profesores y ex alumnos), termina sus estudios básicos (comienza aquí un breve período más oscuro de su biografía, desde que deja de pertenecer a una institución para buscarse la vida.
 Lo mismo ocurre con cualquier otra biografía. Sin embargo este breve período, de unos 4 años, ha servido para todo tipo de especulaciones sin fundamento alguno: vida delictiva, presidio en el Sur, viajes por América, etc.)”.
 "Existe también la denuncia policial de Berta, con las mismas huellas dactilares que figuran en el pasaporte y demás documentos de Gardel, certifica sus rasgos físicos (cicatriz incluida), todo la vida artística del Zorzal está registrada día a día, hasta su muerte”.
“Pero es que la vida de Gardel, -nos recuerda Martínez- ¡era sencilla! casi rutinaria podríamos decir. Su vida se explica sin necesidad de recurrir a un gemelo, nacido de padres distintos, en un lugar distinto, de cuya existencia no hay documento alguno, pero que era físicamente idéntico a Gardel, que se llamaba igual, que nació el mismo día, y que poseía las mismas huellas dactilares y señas de identificación que aquél. Y que además se hace presente en Buenos Aires, justo en la misma época en que Charles desaparece misteriosamente sin dejar ningún rastro.
 ¡Creer eso sí que resulta infantil!
Por eso debemos recurrir a las verdaderas "evidencias documentales", de las cuales carece la leyenda uruguaya”.

“Debemos caminar sobre pistas concretas, verificables y ¡coherentes!
"Toda la vida artística del Zorzal –agregaba Martínez- está registrada día a día, hasta su muerte. Existe también el testamento aclarando su origen, así como cartas particulares hacia sus familiares franceses, fotografías junto a ellos, etc. etc.
Existen fotos de Gardel niño, adolescente, adulto y cadáver. Siempre se trata de la misma persona"

. "El lazo filial de Berta y Gardel está más allá de toda duda, por las declaraciones de ambos, por su parecido físico evidente, por los documentos que los unen (una vez más: testamento, actas de nacimiento, actas escolares, denuncias policiales…).
En realidad, la de Gardel es una de las biografías más documentadas que existen”.

(Marcelo Martínez. “TODO-TANGO”, 14 de noviembre de 2010).

Hasta aquí, la rotunda afirmación de Martínez, cuya revocación, reciente, es una grosería incalificable.
 Ahora bien.
Además, para mayor precisión, Carlos Gardes se fotografía en la CASA “EL INDIO” de Montevideo en 1906, dedicándole la toma a su amigo, Pedro Guzzatti, cuyo nieto se la cedió  al coleccionista Ángel Olivieri
Por otra parte, entre el año, en que, presuntivamente, Gardel está confinado en Ushuaia (1906) existen dos constancias POLICIALES -1904 y 1913- donde la Policía lo Registra como Carlos Gardes.
 Recién a partir del 4 de noviembre de 1920, Gardel exhibe un DOCUMENTO OFICIAL, indispensable en cualquier CONDENA JUDICIAL, con el apellido que la “LEYENDA” lo hace figurar, 16 años antes.


( Ver “C.GARDEL, ENCUADRE HISTÓRICO”, de JCE. págs. 26 (FOTO) y 93. Ed. 2002)

El joven Gardes transcurría sus 16 años –certificados por Doña Bertha, en “LA CANCIÓN MODERNA” en 1936- ajeno a su cautiverio en Ushuaia, caratulado, desde ya, milagrosamente, con su futuro apelativo, y sin darse por enterado que, coexistiendo en su casa con Bertha, deambulaba un tocayo uruguayo, con sus maduros 23 años, que según Bayardo, “jugaba a la confusión con “CHARLES”

JUAN CARLOS ESTEBAN

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